Baruj Benacerraf: Genética, Inmunidad y el Rostro Científico de la Diáspora


Un periodista le pregunto cuando ganó el premio nobel que si se consideraba venezolano. Y su respuesta fue: “Por supuesto que me siento venezolano. Tengo unas raíces profundas que son puramente de allá."


Por José Obswaldo Pérez

El primer premio nobel en la historia para un venezolano fue Baruj Bencerraf, en 1980. Una figura que, desde márgenes geográficos o identitarios, logro transformar paradigmas globales. Este médico nacido en Venezuela de padres sefardíes y franceses, representa una síntesis entre migración, excelencia académica y contribución médica universal. Su trabajo sobre el Complejo Mayor de Histocompatibilidad (CMH) redefinió la comprensión de la inmunidad humana¹.

Benacerraf nació el 29 de octubre de 1920 en Caracas, hijo del comerciante español Abraham Benacerraf y de Henrietta Lasry, de origen marroquí-francés². Más tarde, la familia emigró a Francia y luego a Estados Unidos, donde Baruj se formó en la Universidad de Columbia y en la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia³. Su identidad como judío sefardí y hispanoamericano marcó su sensibilidad intelectual y su compromiso con la investigación biomédica.

En la década de 1960, Benacerraf identificó que ciertas respuestas inmunológicas estaban determinadas por genes específicos, lo que explicaba por qué algunos individuos reaccionaban de manera distinta ante infecciones, vacunas o trasplantes. Este hallazgo fue fundamental para:

- Comprender las enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple o la artritis reumatoide⁴.

- Mejorar la compatibilidad en trasplantes de órganos⁵.

- Desarrollar vacunas personalizadas y terapias inmunológicas⁶.

Su trabajo se centró en el estudio de los antígenos de histocompatibilidad, moléculas que permiten al sistema inmunológico distinguir entre lo propio y lo ajeno. Esta línea de investigación lo llevó a compartir el Nobel de Medicina con Jean Dausset y George D. Snell en 1980⁷.

Por otra parte, Benacerraf dirigió el Dana-Farber Cancer Institute y fue profesor en Harvard Medical School, donde formó generaciones de inmunólogos⁸. Falleció el 2 de agosto de 2012 en Boston, dejando un legado que trasciende la ciencia: el de un venezolano universal que dignificó la investigación biomédica desde la diáspora.

La figura de Baruj Benacerraf invita a reflexionar sobre el papel de los científicos migrantes en la construcción del conocimiento global. Su vida y obra son testimonio de cómo la identidad, la memoria y el rigor pueden converger en descubrimientos que salvan vidas. En tiempos de incertidumbre sanitaria, su legado cobra nueva vigencia.

Un anécdota: un periodista le pregunto cuando ganó el premio nobel que si se consideraba venezolano. Y su respuesta fue: “Por supuesto que me siento venezolano. Tengo unas raíces profundas que son puramente de allá. Es un honor para mí que [...] un venezolano, sea premiado de esta forma”.

Notas de pie


1. El CMH es un conjunto de genes que codifican proteínas esenciales para la presentación de antígenos a las células inmunitarias.

2. Henrietta Lasry provenía de una familia judía marroquí radicada en Francia.

3. Benacerraf obtuvo su título médico en la Universidad de Virginia en 1945 y realizó investigaciones postdoctorales en Nueva York y Boston.

4. Las enfermedades autoinmunes ocurren cuando el sistema inmunológico ataca tejidos propios, y el CMH está implicado en su predisposición genética.

5. La compatibilidad entre donante y receptor depende de los antígenos del CMH, lo que hace posible la selección adecuada en trasplantes.

6. La inmunogenética moderna se basa en los principios descubiertos por Benacerraf para diseñar vacunas adaptadas al perfil genético del paciente.

7. El Premio Nobel de 1980 reconoció el trabajo conjunto sobre la base genética de la respuesta inmunológica.

8. Su liderazgo en Harvard y Dana-Farber consolidó su influencia en la formación de inmunólogos y en la investigación oncológica.


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