En el Rincón de los Toros rondaban también los manes de Bolívar

En el Rincón de los Toros rondaban también los manes de Bolívar
Danzó en la casa suritera, de la calle real, antes que la fatalidad se empecinara en la fragilidad de unos compañeros: “Se apeó de la hamaca y salió ¡Cosas de Dios¡ El fraile estaba en la hamaca” Por Adolfo Rodríguez En el verano de 1982, de visita a San José de Tiznados, por fastos que se dicen del lugar, se presenta esta curiosa humanidad chapada a la medida de los acontecimientos que investigo. Una estampa de inmaculado infolio, ennoblecido por una blancura que refuerza esa baquía hacia tesoros sepultados por allí. La mirada exacta bajo el resplandor llanero, acorde a una calma de quien se siente cómodo entre heredades. La palabra infalible desmoheciendo sucesos arrumbados por la inclemente pátina del olvido. El apellido como hierro quemador emparentado con la esposa de Simón Bolívar. Como silueta el pergamino de su prestancia recortado en el cielo de abril. El semblante nonagenario. Juan Rodríguez del Toro se proclama nativo del lugar, nieto de Ramón del Toro, sin nada que ver…