Agasajos al Rey Carlos III


Al sitio de Ortiz y Tiznados le correspondió  organizarse y participar en esta festividad atendiendo el llamado de las autoridades del Cabildo sansebastianero.Esta jura se realizó a lo largo de la Capitanía General de Venezuela, sin mayores inconvenientes, especialmente, en el Cantón de San Sebastián de los Reyes donde la participación fue unánime de todos los sectores y con mucho “realce y esplendor”.

Por José Obswaldo Pérez

Durante la jura y aclamación del Rey Don Carlos III en San Sebastián de los Reyes de1 año 1760, se programaron festividades para celebrar este advenimiento, considerado por el historiador Castillo Lara(1984) de “rumbosas fiestas”  que contó con la participación de pueblos y núcleos urbanos de la jurisdicción, los cuales adheridos a la conmemoración buscaban reiterar la finalidad que profesaba la sociedad colonial hacia el nuevo monarca (Montilla Azueje,2011).
En este sentido, la organización de esta festividad cívica se realizó mediante la contribución colectiva y social de la sociedad colonial, donde los diferentes grupos o estamentos participaban ocupando el lugar que le correspondía de acuerdo a su posición dentro de la estructura piramidal. El gremio de los ganaderos estaría a cargo de la organización y financiamiento corporativo o individual de algunas actividades festivas púbicas como misas, representaciones teatrales y bailes que animaría la celebración de la jura, como un acto de reafirmación y fidelidad al Rey lejano.
Al sitio de Ortiz y Tiznados le correspondió  organizarse y participar en esta festividad atendiendo el llamado de las autoridades del Cabildo sansebastianero. El ganadero don Luis de Nieves es uno de los terratenientes hateros de la Provincia de Caracas, residente de San Francisco de Tiznados, quien sostuvo a sus dispendios la celebración solemne y religiosa del día 28 de noviembre en la Iglesia de Nuestra Señora de la Caridad (Castillo Lara, 1984; p.266).
El Capitán don Luis fue mercader, oriundo de La Victoria (Estado Aragua), formó parte del grupo de canarios que protestaron contra los excesos de la Compañía Guipuzcoana en el manejo de los precios del café y del cacao. Perteneció, también, al grupo de madereros y carpinteros de la Provincia de Caracas. Fue propietario del sitio de Hato El Corralito, posesión que dividía con su familiar María de Nieves (Pérez A, 2014; p.27).
Otro ganadero, don Juan Tomás de Seijas, tuvo a sus expensas en traer de Caracas a un grupo de músicos compuestos de clarinetes, violineros, cajeros y clarineteros (Castillo Lara, 1984: 261). Don Juan Tomás residía en el sitio San Juan de Paya, a dos leguas del Valle de Ortiz. Era propietario de un hato en la zona y estaba casado con doña María Margarita Ravelo, moradores de Paya Abajo. Una hija de estos, doña Micaela Seijas Ravelo casó con su paisano don Miguel Antonio Seijas Pérez, nativo del sitio de Carrizales, jurisdicción de la Ciudad de Caracas, hijo de don Lorenzo Francisco Seijas y doña Francisca María Pérez. La boda se celebró en la Capilla de San Juan Bautista de Paya.
Por su parte, el gremio de los pardos les correspondería la representación de las comedias y obras teatrales. En el décimo quinto día, el 7 de diciembre, en la noche se presentó la comedia El Hijo de la Piedra (del poeta y comediógrafo hispanoportugués Juan Matos Fragoso), a costa de los vecinos de Parapara, siendo los responsables los Capitanes Efigenio Requena y José Mujica. Igualmente, los feligreses pardos de El Sombrero presentaron para concluir las reales fiestas la comedia Argenis y Poliarco (de Calderón de la Barca).
Esta jura se realizó a lo largo de la Capitanía General de Venezuela, sin mayores inconvenientes, especialmente, en el Cantón de San Sebastián de los Reyes donde la participación fue unánime de todos los sectores y con mucho “realce y esplendor”. Fue un acontecimiento que rompía con la monotonía local hasta el más mínimo rincón.

Bibliografía consultada
AZPARREN GIMENEZ, LEONARDO (1996). Documentos para la Historia del teatro en Venezuela. Siglos XVI, XVII y XVIII. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.
CASTILLO LARA, LUCAS G (1984). San Sebastián de los Reyes. La Ciudad Raigal. Maracay: Secretaría de Cultura de la Gobernación del Estado Aragua, T.II
MONTILLA AZUAJE, JONATHAN E (2011).Fidelidad al rey lejano. Conmemoraciones regias y legitimación política en la ciudad de Caracas (1788-1808). Caracas: Archivo General de la Nación-Centro Nacional de Historia. Colección Bicentenario.
PEREZ A, JOSE O (marzo, 2014) El apellido Nieves en Ortiz. San Juan de los Morros: El Reportero, p.27.
PEREZ A, JOSÉ O (julio 01,1988). El teatro de la época colonial de Ortiz. San Juan de los Morros: El Nacionalista.

Libertad de esclavos en el Guárico colonial y en los inicios de la república...


(A propósito de los 165 años –1854-2019-- de la firma del decreto que abolió la esclavitud en Venezuela).



FELIPE HERNÁNDEZ G.*
El Presidente José Gregorio Monagas se hizo eco del antiguo clamor de los esclavos. El 10 de marzo de 1854 el político oriental dirigió un mensaje especial al Congreso Nacional sugiriéndole a senadores y diputados la aprobación de la ley de abolición. Era una deuda muy antigua de la república que, inexplicablemente, no había sido honrada. Es así como el 24 de marzo de 1854 el general José Gregorio Monagas dictaminó el ejecútese del Decreto de Abolición de la Esclavitud en Venezuela, una vez que fuera aprobado por el parlamento venezolano, se ponía fin al padecimiento de quienes sufrían este sistema de explotación económica y social que se constituyó en la base del sistema colonial en nuestro país y en el continente.
Simón Bolívar no solo dio libertad a sus esclavos, sino que además, en 1816, en sendos manifiestos efectuados en Carúpano y Ocumare proclamó la emancipación general de los esclavos, a ello se suman los planteamientos hechos en el Discurso de Angostura (1819), y Cúcuta (1821), justa aspiración que se materializa en 1854.
Ese año, la oligarquía criolla protestó la medida, puesto que toda su riqueza agrícola estaba basada en tan oprobiosa práctica. Entre los casos contrarios a la decisión, es reconocida la actitud irreverente del general Ezequiel Zamora, tenido hasta nuestros días como adalid de la libertad, la igualdad y la justicia social, quien se negó a darles libertad a sus esclavos. Con este mandato cumplió tiempo después cuando se convenció que el imperio de la ley era inexorable. Ese gesto innoble, contrasta con la actitud generosa del Libertador Simón Bolívar, quien liberó a sus esclavos mucho antes de comprometerse con el presidente de Haití, Alejandro Petión (1806-1818), a ponerle fin a tan odiosa práctica en Venezuela y la Nueva Granada.
Sin embargo, mucho antes de la histórica fecha de 1854, en el Guárico, hay antecedentes de esclavos liberados en el período colonial y en las primeras décadas del período republicano. Muchos fueron los casos de manumisión en artículo de muerte, debido a que no pocos propietarios, antes de morir y “para estar en paz con su conciencia”, otorgaban papeleta de libertad a algunos de sus esclavos que habían explotado en vida, quienes continuaban trabajando las tierras de los descendientes de sus antiguos amos.
A continuación se presentan tres casos significativos localizados en fuentes documentales de los tantos que se dieron en jurisdicción del actual estado Guárico, y el caso de una esclava de una familia caraqueña que no acepta la libertad que le otorgaba el Decreto Abolicionista de 1854:
1) En un legajo testamentario fechado en 1784 en el Juzgado de Llanos y Caminos de “La Parroquia del Glorioso San Gabriel del Chaguaramal”, doña Luisa Seferina Belisario Sánchez Albertos de Gómez Román, natural de San Sebastián de los Reyes, pero residenciada en Chaguaramal [Zaraza], donde casó con Dionisio Gómez Román, ya viuda, anciana y sin hijos por haber muerto en la infancia su única hija, establece en el ítem Nº 5 de su testamento:
“Declaro tener hechas cartas de libertad a María Juliana y a María Gregoria, todas hermanas y las dichas se hallan casadas con calidad que las referidas han de ser esclavas durante mi vida y los hijos que estas han tenido hasta el presente, y los que tuvieren en adelante, es mi voluntad que sean libres, los que han tenido hasta el presente están mandados a asentar por libres en los libros parroquiales y si en algún tiempo hubiere una equivocación sobre las partidas, declárolo, que se cumpla esta cláusula en todo y por todo por ser así mi voluntad, declárolo para que conste…”.
Un año después, en 1785, doña Luisa Seferina Belisario agregó un codicilo a su testamento, incluyendo la libertad de otros esclavos… declara ser dueña de más de diez leguas de tierra en los sitios de La Yeguera y El Colegio. Buena parte de los bienes los lega a la iglesia, con dos propósitos expresos y tácitos: que se forme una capellanía en honor a su difunto esposo y que la misma solo podría ser dirigida por un sacerdote nativo de Chaguaramal, mayor de 28 años, con prioridad por su sobrino José María Thoro al ordenarse de sacerdote. A la sazón, Thoro era todavía un niño…
2) El año 1813, Juana Josefa Esparragoza, importante propietaria de los Valles de Aragua y los Llanos del Guárico, después de declarar en su testamento que las tierras que tenía en el sitio de Los Marines fueran puestas a censo y tributos redimibles en beneficio de la Iglesia, otorgaba libertad a sus catorce esclavos: María Segunda, Potenciana, Luciana, Juan Francisco, María Gregoria, Petronila, José de las Nieves, María de la Merced, Juan María, José Inocencio, Juan Clemente, José Landerico del Carmen, Ana Josefa y Francisco, permitiéndoles el cultivo de la “parte principal de la posesión Guarumen en los llanos, que heredé de mis padres desde el sitio de Rompe Cojón para abajo en el centro de las dos galeras por las filas hasta bajar de las bocas”. Declara igualmente la otorgante, que el ganado que tenía en su propiedad fuera distribuido “en partes iguales entre sus esclavos”.
3) El año 1918, en el periódico tucupidense “Tamanaco”, se reseña otro caso de liberación espontánea de esclavos por su dueño en la cuenca del Unare. El mismo hecho es relatado por don Lorenzo Antonio Zaraza en 1933, al respecto informa, que el señor Leonardo Moleiro y Lara de “mancomún e insolidum” con su esposa doña Ana Rodríguez, dan la libertad a veinte y más esclavos en octubre de 1837, en Chaguaramal de Perales [actual Zaraza], firmando como testigos, don Ildefonso Itriago, don José Vicente Velutini y don Bonifacio Gómez. La misma información con algunas variantes es recogida por el historiador J.A. De Armas Chitty, quien hace referencia a una esclava liberada en el año 1839. Don Leonardo Moleiro y Lara era hijo de don Joseph Moleiro y doña Manuela Lara, dos blancos criollos nacidos en Aragua de Barcelona, quienes se divorciaron en 1810, quedando doña Manuela con la custodia de los tres hijos habidos del matrimonio, de nombre José Pío, Leonardo y Agustín. Los dos primeros se residenciaron en Zaraza y el último en Aragua de Barcelona.
4) Una crónica publicada en El Cojo Ilustrado con la firma de Rafael Bolívar, refiere el caso de una esclava de Caracas que es renuente a abandonar la servidumbre. La crónica la recoge y comenta Antonio García Ponce, en su libro sobre Los pobres de Caracas: “No está lejos de la verdad el relato del escritor Rafael Bolívar, titulado “La Negra”, donde se habla de las damas descendientes de un prócer de la independencia que le comunican a su esclava, al publicarse el Decreto de Abolición en 1854, que ahora es libre. Le negra entiende y estalla en llanto y se pregunta: “¿Por qué? Aquí nací, aquí me criaron, aquí aprendí a amar a Dios, la virtud y el trabajo”. Apoyándose en esos razonamientos, decide quedarse y se pone a ayudar a la familia, venida a menos, a vender bizcochos.
A modo de corolario, a pesar de las liberaciones espontáneas dadas por algunos dueños de esclavos desde mucho antes de 1854, Simón Alberto Consalvi (1998) entre otros historiadores, calculan que el número de esclavos liberados por disposición del Decreto Abolicionista del 24 de marzo de 1854, oscilaba entre 12.000 y 13.000. Y en 11.000 y tantos los manumisos. Los propietarios fueron compensados por el Gobierno mediante la reglamentación de la Ley. De ese modo quedó abolido el régimen de servidumbre en todo el territorio venezolano: los antiguos esclavos pasan a ser ciudadanos… Del histórico acontecimiento se cumplen 165 años.
REFERENCIAS:
ARCHIVO ARZOBISPAL. (1813): Juana Josefa Esparragoza. Sección Testamentaria.
BRITO FIGUEROA, Federico. (1979): Historia Económica y Social de Venezuela. Tomo I. Caracas: Universidad Central de Venezuela. Ediciones de la Biblioteca. Cuarta edición. p. 98.
CAMACHO, Antonieta. Comp. (1979): Materiales para el estudio de la cuestión agraria en Venezuela (1810-1865). Mano de obra: legislación y administración. Compilación, notas y estudio preliminar de Antonieta Camacho. Caracas: Universidad Central de Venezuela, Facultad de Humanidades y Educación, 1979. Tomo 4, Vol. I, 736 p.
CONSALVI, Simón Alberto. (1998): La Libertad de los Esclavos en Venezuela, 1854. Caracas: Diario El Nacional, domingo 22/03/1998. p. 4.
GARCÍA PONCE, Antonio. (1995): Los pobres de Caracas, 1873-1907: un estudio de la pobreza urbana. Caracas: Alcaldía de Caracas: Instituto Municipal de Publicaciones.
RAMOS GUÉDEZ, José Marcial. (1999): Simón Bolívar y la abolición de la esclavitud en Venezuela 1810-1830. Los Teques: Centro de Investigaciones Bibliográficas Venezolanas. 18 p.
SOTO ARBELÁEZ, Manuel. (1996): Primeros esclavos liberados en el Oriente del Guárico. Diario El Nacionalista: San Juan de los Morros, jueves 21 de marzo de 1996. p. 4.
TROCONIS DE VERACOECHEA, Ermila. (1992): “Aspectos de la Esclavitud Negra en Venezuela y El Caribe”, en: Anuario 1992. Caracas: Instituto de Estudios Hispanoamericanos. Universidad Central de Venezuela. Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico. Facultad de Humanidades y Educación. 2ª etapa Nº 4. pp. 19-36.
ZARAZA, Lorenzo. (1933): La Independencia en el Llano. Caracas: Editorial Elite. pp. 402,403.



*UNESR // Cronista Oficial del Municipio Leonardo Infante-Valle de la Pascua // felipehernandez56@yahoo.es



Bicentenario de la Batalla de las Queseras del Medio, 2 de abril de 1819


En el año 1819 los encuentros bélicos se trasladan a los llanos apureños donde el ejército patriota había mantenido posiciones en esta región con victorias importantes en las Batallas de El Yagual, Mata de Miel y Mucuritas entre otras incursiones bélicas durante los años 1816 y 1817, siendo la figura clave José Antonio Páez quien conformó un ejército con lanceros a caballo que le hicieron frente a las acometidas realistas en esos tiempos. El Libertador se reúne a mediados de enero con Los Generales José Antonio Anzoátegui y Manuel Cedeño en San Juan de Payara con el fin de planificar las acciones en vista a que el General Pablo Morillo estaba con toda sus tropas por estas praderas, 

Por José Manuel Aquino


Al cumplirse el 2 de abril de 2019, doscientos años de la Batalla de las Queseras del Medio, en el contexto de la Guerra Nacional de Independencia, en las sabanas apureñas, acción bélica de grata recordación en los anales de la historia patria, donde el General José Antonio Páez y sus lanceros derrotó al ejercito realista comandado por el General Pablo Morillo, tras una asombrosa incursión. Por tal motivo es necesario darle su importancia y trascendencia por ser el inicio de los grandes éxitos que va a tener el glorioso ejército libertador el año 1819 como fue el triunfo de las Batallas de Pantano de Vargas y de Boyacá en la liberación de la Nueva Granada .Por tanto, es necesario destacar los hechos precedentes para tener visión real en la significación de dicha epopeya.
Una vez reconquistado por el ejército patriota la Región de Guayana en 1817, de gran éxito para la causa republicana que le rindió grandes beneficios no solamente en lo estratégico con la ruta segura de navegación por el río Orinoco y su salida al mar Caribe, además de la incautación del cuantioso arsenal de guerra del ejército oponente, lo que también permitió contar una fuerte obtención de recursos económicos provenientes por el control de la explotación del las minas de oro en dicho territorio y abastecimientos de alimentos para las tropas. Esto garantizó al Liberador Simón Bolívar consolidar su liderazgo en su ejército y poder planificar una nueva campaña para poder llegar al centro del país; lo cual comenzó a mediados del mes de septiembre de ese mismo año.
El ejército comandado por Bolívar no pudo ejecutar su planificada ofensiva conjunta de sus tropas cuando el General Pedro Zaraza, quien había organizado las guerrillas por esa región llanera por eso años, desobedeció sus órdenes y atacó de frente al ejército realista en el sitio de La Hogaza, hato contiguo al caserío La Unión al sur de Valle de la Pascua, el 2 de diciembre de 1817, Fue un descalabro para la infantería patriota acantonada por ese territorio, siendo capturado también gran parte de su armamento al igual que cuantiosas pérdidas humanas. Esto obligó al Libertador a hacer una reorganización de sus planes y proveerse de material bélico. El nuevo plan consistió en remontar los ríos Orinoco el Arauca desde Guayana hasta unirse a José Antonio Páez en Calabozo y concentrar una considerable tropa para llegar a los Valles de Aragua y continuar hacia Caracas.
En el mes de enero 1818 el Libertador consiguió finalmente avanzar con el fin de cumplir su empresa. Se reúne con José Antonio Páez y este lo reconoce como Jefe Supremo de la causa republicana. Unifican las tropas con más de 3.000 hombres, muchos eran llaneros y de más de 1000 lanceros a caballo que comandaba el General Páez. Tras cruzar el río Apure, Bolívar marchó hasta Calabozo, donde el 12 de febrero obtuvieron una gran victoria sobre los españoles. Bolívar persiguió a Morillo hasta El Sombrero donde se enfrenta y este huye hasta los valles de Aragua :El jefe realista concentra sus fuerzas con las de Sebastián de la Calzada a favor de los españoles quienes emprendieron una violenta ofensiva y persiguieron a Bolívar hasta el punto de este casi perder la vida en un atentado en el sitio del Rincón de los Toros, lo que motivo la vuelta al territorio apureño para luego regresar por vía fluvial a Angostura, hoy Ciudad Bolívar; y de esta manera concluye la Campaña del Centro.
En el año 1819 los encuentros bélicos se trasladan a los llanos apureños donde el ejército patriota había mantenido posiciones en esta región con victorias importantes en las Batallas de El Yagual, Mata de Miel y Mucuritas entre otras incursiones bélicas durante los años 1816 y 1817, siendo la figura clave José Antonio Páez quien conformó un ejército con lanceros a caballo que le hicieron frente a las acometidas realistas en esos tiempos. El Libertador se reúne a mediados de enero con Los Generales José Antonio Anzoátegui y Manuel Cedeño en San Juan de Payara con el fin de planificar las acciones en vista a que el General Pablo Morillo estaba con toda sus tropas por estas praderas, estableciendo un cuartel general en la población de Achaguas. Después de esto Bolívar se traslada a la ciudad de Angostura para la instalación del Congreso y retornará por estas tierras apureñas en el mes de marzo para hacer frente a las pretensiones de los realistas. Mientras tanto el ejército republicano realiza acciones de despiste y desgaste para luego enfrentar a sus oponentes cuando fuese el momento oportuno.
El día 2 de abril en la madrugada, el General Páez con sus 150 jinetes se desprende de toda la tropa republicana que estaba a sus órdenes en la Sabana de las Queseras del Medio. En forma de silueta cruzan a nado sin ser vistos por el río Arauca, para luego acosar al ejército realista comandado por su jefe Pablo Morillo y avanzan sobre sus enemigos que se presentan a la batalla con dos regimientos de 1200 hombres a caballo que de manera inmediata buscan interceptarlos y quitarles el paso; mientras que otra división de caballería de los defensores de a causa española pretende cercarlos. De inmediato el general patriota ordena a su caballería la retirada violenta; estos fingen huir en siete grupos buscan engañar a sus enemigos y lo consigue.
Los patriotas rápidamente dan vuelta a sus caballos y hacen frente al enemigo para sorprenderlos, de inmediato rueda por tierra la primera hilera de la caballería realista; la segunda titubea, pero son acuchillados también por los republicanos ; la siguiente línea de ataque enemigo corre el mismo destino, y los que estaban más adentro son imposibilitados de maniobrar con los caballos. Las demás filas destrozadas se repliegan en desorden ante la embestida de los contraatacantes, y al devolverse con precipitación, atropellan a los compañeros que vienen detrás, creando una confusión tal, que le impiden luchar con acierto a tan formidable caballería que huye de manera desordenada en un galopar sin freno, en busca del amparo de su infantería. El máximo jefe realista ante la imposibilidad de contener aquella oleada patriota, se dirige precipitadamente hacia un bosque cercano, donde la espesura y la llegada de la noche favorecen su retirada. Los defensores del Rey precipitadamente logran ir a un bosque para lograr salvarse. El resultado de esta incursión bélica donde murieron 400 soldados del ejército español, mientras por el lado republicano apenas sufrieron la baja de 2 de sus soldados.
El Libertador Simón Bolívar, ante esta espectacular y arriesgada epopeya para la causa republicana, le da la debida significación y lo señala en el boletín emanado del Estado Mayor del ejército republicano publicado en El Correo del Orinoco el sábado 24 de abril de ese año y otorga la Orden de los
Libertadores para el General Páez y los cientos cincuenta y dos llaneros héroes del Bravo ejército de Apure. Entre los condecorados se encuentran también los nombres de tres destacados próceres guariqueños del proceso de Independencia: Juan José Rondón, Ermenegildo Mujica y el Capitan Julián Mellado. No estaba equivocado el Libertador en la proclama emitida el 17 de febrero de 1818, en El Sombrero una vez culminada la Batalla de El Samán, a los habitantes de los llanos, cuando señala el valor de estos: ¡Llaneros! Vosotros sois invencibles: vuestros caballos, vuestras lanzas y estos desiertos, os libran de la tiranía. Vosotros seréis independientes a despecho del imperio español. Velasco y Vergara,( 1960)
Comprobó también de primera mano en esta incursión la acción de estos hombres en la región apureña. Esto no era más que el preludio de grandes victorias por venir para muchos de estos guerreros que tuvieron un desempeño importante en la Campaña de liberación de la Nueva Granada meses más tarde con los triunfos resonantes de Pantano de Vargas y Boyacá.

Desde esta perspectiva, es necesario destacar el valor y el arrojo de los llaneros, no solo por su heroísmo como el positivismo la desarrolla. Es mucho más complejo para analizarlo desde una visión transdisciplinaria. En tal sentido, la llaneridad hay que estudiarla integrando diferentes elementos que interactúan en la relación hombre-medio y sociedad-naturaleza a partir de la transformación del espacio a través del tiempo, esto nos va permitir comprender y valorar la cultura de estos hombres no solo por transformar su medio ambiente como proyecto de vida, sino también para defenderse de sus adversarios como es el caso particular de este hecho enmarcado en la guerra nacional de Independencia, donde estos llaneros comandados por Páez aplicaron toda su sapiencia para derrotar al ejército realista dirigido por Pablo Morillo que desde 1818 vino por esta región a con el fin de mantener el dominio de la corona española.

Referencias Bibliográficas
AQUINO, Aquino, José. 2018. Una Nueva racionalidad en la enseñanza de la Historia: la transdisciplinariedad.
ESTEVÉZ G, Edgard 2007 Batallas de Venezuela 1810 1824.Editoial.C SA. Caracas
Ministerio Popular para la Cultura (2018). Correo del Orinoco 1818-1821. Fundación del centro nacional de Historia: Caracas
PÁEZ, José Antonio. Autobiografía. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, tomo I.
PÉREZ José Oswaldo Pedagogía de la llaneridad. Fuego Cotidiano. Blogspot .Com.José Oswaldo Pérez /2009/02/. La Llaneridad.html
VERGARA Y VELASCO FRANCISCO JAVIER (1960).1818 Guerra de Independencia. Bogotá: Editorial Nelly.
















De Pancha Vásquez a Roberto Vargas

Por Oldman Botello

En estos días, silenciosamente, se están conmemorando los 90 años de la publicación, el 15 de febrero de 1929, de la más representativa obra narrativa de Rómulo Gallegos, salida de las prensa de Editorial Araluce, de Barcelona, ocasión propicia para recordar a aquellos personajes que no fueron ficción, sino de carne y hueso, que eran tan llaneros como “la dañera” y llegados a conocimiento del autor en su viaje al hato La Candelaria en abril de 1927; hato legendario fundado por los Araña o Arana de Villa de Cura y luego de Calabozo, a mediados del siglo XVIII y que para el tiempo de la visita de Gallegos era propiedad, desde 1915, del general Juan Vicente Gómez, representado por personas de su confianza; era supervisor de las propiedades gomecistas en el Llano de Guárico y Apure, el coronel Daniel Rodríguez Garmendia, quien recibió órdenes del dueño en Maracay, de atenderlo a cuerpo de rey.
El primer personaje que sale al paso es la propia Doña Bárbara, personificada por doña Francisca o Pancha Vásquez, analfabeta, mujer hombruna, a la que corría fama de arrojada, buena con el revólver y para la brujería; era el carbón antes del diamante, según frase feliz de Andrés Eloy Blanco, que fue su abogado. Francisca vivió hasta los años treinta del siglo pasado y murió en un agosto en el hato La Trinidad de Arauca, cuando esperaba al vapor Arauca que la conduciría a San Fernando para tratamiento médico. Era dueña del hato La Chiricoa, hoy refundido en La Trinidad de Arauca; se lo compró don José Natalio Estrada Torres, nieto de aragüeños de San Sebastián, ganadero, poeta y cineasta. Pancha está sepultada en dicho hato, al sur de Mantecal y Rincón Hondo, en sepulcro acondicionado por Estrada que fue su amigo y protector.
De Santos Luzardo se comentó que en el personaje de la novela había algo de los eternos duelos entre los Manuitt de Chaguaramas y otra familia. Otro personaje pintoresco en la vida real fue Ángel María Nieves, que aparece en la novela como María Nieves, el que cruzaba el Apure con un chaparro en la mano, conduciendo el ganado al otro lado, en Puerto Miranda, chaparreando a los caimanes que asomaran su fea figura con siniestras intenciones Había nacido posiblemente en Apure o Guárico el 16 de julio de 1882 y murió en San Fernando, con gusanos en la nariz y en el cerebro, el 17 de febrero de 1946. Su madre, doña Bárbara Rosa Nieves y sus hijas Emilia y Justina Nieves vivieron en Maracay, en Calicanto, frente a la Casa de la Cultura; estaban concertadas en la casa de don Enrique Dorta Serrano, comerciante maracayero y aquí murieron; Justina en el ancianato de El Limón, ya nonagenaria en los años noventa. Su nombre lo lleva un puentecito sobre un caño en Uverito, Guárico y el gran puente sobre María Nieves el Apure frente a San Fernando, su lugar de trabajo. Cuando le avisaron por telégrafo la muerte, Gallegos, que era candidato presidencial, envió 100 bolívares a la familia, por transferencia telegráfica.
El gran informante de Gallegos en el hato La Candelaria (llamado Altamira en la novela) fue Antonio José Torrealba, el renco; cunavichero, despensero, corpulento, medio literato empecinado con la mitología griega y le puso a una yegua el nombre de Proserpina; él puso a Gallegos en autos del hato, las costumbres llaneras, mitos, leyendas y tradiciones de la sabana. EL novelista, cuando fue Presidente le preguntó qué deseaba: “Quiero ser jefe civil de Cunaviche y un radio de pilas”. Gallegos lo hizo nombrar con el gobernador de Apure Dr. Pedro Elías Hernández y le envió el radio de pilas en el que escuchaban el noticiero Panorama Universal, con el locutor Francisco Fossa Andersen. Murió en San Fernando el 14 de julio de 1949 de diabetes congénita. Se supo que había pasado tres días en el monte comiendo miel de aricas. Eso desató la crisis.
Carmelito es otro personaje. Su nombre era Rafael Anselmo Luna, nativo del Bajo Apure. Falleció en San Rafael de Atamaica y dejó familia, algunos de cuyos bisnietos residen en Maracay y en Linares Alcántara. En cuanto al doctor y general Roberto Vargas, nativo de Ortiz, fue personaje a medias de Lorenzo Barquero y el Dr. Francisco Mier y Terán Carreño, dueño del hato guariqueño de La Rubiera y descendiente directo de los rubios españoles. Vargas era atrabiliario, conservador, pero también fue educador y colega de José Martí durante su estada en Caracas; y guerrillero antigomecista. El bachiller Mujiquita es la personificación del poeta Párica Párraga, que fue condiscípulo de Gallegos en Caracas, quien lo encontró en Camaguán de secretario de la jefatura civil. Antes fue compañero de Maisanta en las guerrillas de Apure hasta que se convenció que tumbar gobiernos no era como tumbar carutos. El nombre de Pajarote “zambo, canilludo y desgalichado” como lo describe Gallegos, se lo asignó este mismo. Su verdadero nombre era Pedro Manuel Sánchez, o Perucho. Hombre cordial pero reservado, que le extendió la mano a Gallegos para saludarlo y ponérsele a la orden para lo que saliera. Míster danger o señor Peligro fue representado por Aurelio Inneco, italiano residente en Apure, llamado musiú Inneco, cuya foto me la prometieron hace años sus nietos en Maracay; pero musiú Inneco no era como Míster Peligro, sino un hombre bonachón, honrado y de prestigio en Apure. Debemos terminar diciendo que el encargado del hato La Candelaria era don Manuel Sánchez Veracierta, quien recibió la orden de su supervisor de atender muy bien a Gallegos y su comitiva. Era ganadero en hato aparte y hombre de algunos recursos económicos que murió anciano en San Fernando, donde residen sus familiares. Estos son los personajes de Doña Bárbara en la vida real.
oldmanbotello@hotmail.com

A propósito del Día Internacional de la Mujer...

Desde el punto de vista histórico, la participación de la mujer en la vida social se remonta a la antigua Grecia, con la huelga sexual con fines pacifistas de Lisístrata, contra los hombres para forzarlos a finalizar la guerra. También se recuerda el martirio de la matemática y astrónoma Hipatías de Alejandría-Egipto, asesinada por ser mujer científica.


FELIPE HERNÁNDEZ G.*

El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, no sólo para rendir homenaje a las trabajadoras que reivindican sus derechos de igualdad desde principios del siglo XX, sino también para acometer con determinación los desafíos pendientes por la equidad, la justicia, la solidaridad y la ecuanimidad de derechos en el mundo de hoy.

Alcaldelsa de Valle de la Pascua entregando un morral escolar
Desde el punto de vista histórico, la participación de la mujer en la vida social se remonta a la antigua Grecia, con la huelga sexual con fines pacifistas de Lisístrata, contra los hombres para forzarlos a finalizar la guerra. También se recuerda el martirio de la matemática y astrónoma Hipatías de Alejandría-Egipto, asesinada por ser mujer científica. En ese orden, Juana de Arco, heroína, militar y santa francesa, nacida el 6 de enero de 1412, a los 17 años dirigió al ejército francés para expulsar a los ingleses de Francia, fortaleciendo al Rey Carlos VII. Fue capturada y entregada a los ingleses, condenada por herejía y quemada viva. A posteriori, con la filosofía de la Revolución Francesa, la mujer tomó conciencia de su condición social, lo que la motivó a participar en protestas por alcanzar la igualdad de derechos políticos y jurídicos en relación a los hombres y al sufragio femenino; más luego, la lucha histórica de la mujer continuó y en 1908, en Estados Unidos, trabajadoras de las fábricas textileras iniciaron una huelga, protestando por las pésimas condiciones laborales. Las mujeres trabajadoras de la fábrica de camisas Cotton ---la mayoría inmigrantes-- se declararon en huelga en protesta por los bajos salarios y las precarias condiciones de trabajo. El 25 de marzo de 1911 durante el paro, a causa de un incendio, murieron calcinadas dentro de la factoría, 146 mujeres y 71 resultaron heridas.

Esta masacre aunada a la exigencia de mejores salarios, reducción de la jornada laboral y derecho al voto, tuvo grandes repercusiones en las posteriores celebraciones del Día Internacional de la Mujer, que se fue extendiendo a diferentes países, así tenemos, que desde 1922 se celebra en China y desde 1936 en España. En Estados Unidos, a partir de 1975 la Organización de Naciones Unidas, inició oficialmente la Celebración del Día Internacional de la Mujer cada 8 de Marzo, extendiéndose a varios países, quienes oficializaron este día, como el Día Internacional de la Mujer.

Ante tantas luchas y demandas, en 1977 la Asamblea General de la ONU proclamó oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. En el año 2011 se celebró el Centenario del Día Internacional de la Mujer, y además, comenzó a operar la entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer. Actualmente, se ve como a raíz de este y demás sucesos, en el mundo que acarrea al papel de la mujer en la sociedad, se conmemora este día como la lucha de aquellas mujeres que a través de la historia se unen y hacen parte de asociaciones que trabajan por la igualdad y los derechos laborales, profesionales, personales y académicos.

En Latinoamérica, en Venezuela y especialmente en la región del Guárico, muchas mujeres han luchado denodadamente en aras de la igualdad y la reivindicación de sus derechos, del período colonial la historia recoge el nombre de la india María de los Ángeles y Germania Piña (Calabozo). Por la Independencia de la Patria, junto a los nombres de heroínas nacionales Luisa Cáceres de Arismendi, Ana María Campos, doña Dominga Ortiz de Páez, Josefa Camejo y la Negra Hipólita, reposan los nombres de las guariqueñas Juana Ramírez “La Avanzadora”, natural de Chaguaramas, Fabriciana Carrillo “La Chana” (Valle de la Pascua), Josefa María Ramírez (San Rafael de Orituco), y la siempre recordada Negra Matea Bolívar, de San José de Tiznados, entre tantas otras. Durante el período republicano se recuerda a Barbarita Nieves (de San José de Tiznados), y doña Jacinta Parejo de Crespo (de Parapara, Primera Dama de la República, esposa del Presidente Joaquín Crespo), Beatriz Peña Arreaza, de la Generación del 28, natural de Zaraza, doña Irma Felizola, (de Zaraza, Primera Dama de la República, esposa del Presidente Medina Angarita), también de Zaraza, la maestra Juanita de Febres, Ana Luisa Llovera (Calabozo-El Rastro), doña Elisa Pineda (San Juan de los Morros) y Priscila Prado (El Socorro). Meritoria, la abnegada socorreña Azucena López de Álvarez.

En el municipio Infante, cada una en su tiempo, un ejército de honorables damas son heroínas del acontecer social, político, docente, universitario, judicial, empresarial, periodístico, administrativo, etc., de Valle de la Pascua y sus inmediaciones, algunas de ellas: las primeras concejales: doña Emperatriz Aguilar de Ortiz, Prof. Juanita Mejías, doña Ofelia Camero de Alayón y Gladys Hernández Zamora. Docentes: Cristobalina Ortiz, Juana Josefa Vargas, Nohemí Higuera de Guzmán, María Belisario de Sánchez, Josefina Bolívar, Clara Matos Arzola, Mercedes Rengifo, Isaura Ledezma Martínez, Zelideth Ortiz Aguilar, María Benigna Carrillo de Escalona (Espino)... Otras damas: Josefina Matos de Matos, Gloria de Bellorín, Josefa Arzola de Camero, Corina de Figueroa, doña Hidelcira de Moisés, doña Gloria López de Vidal, Angelina Campagna, Carmen Teresa Alcalá de Matos, Ana Julia de Díaz, Ligia López Puerta, Nelly Moronta, Doris Blanca de Hernández, Hilda Infante, Beneris de Corrales, Maritza de Michelangelli, Josefa de Velásquez, Criseida Ruiz, Judith Rodríguez Guía, Gladys de Albornoz, Elena Suárez de Aquino, Juanita Carrillo, Neyda Centeno, Gladys Pumar de Solórzano, Carmen de Nederr, Maritza de Villasana, Olga Milagros Díaz y un muy largo etcétera.

Profesoras universitarias: UNESR: Teresa Navarro de Aguilar (universitaria y concejal), Benedicta Andrade, Lilian Seijas, Oggla Sequera, Teresa Peña de Silveira, Carmen de Guédez, Lenny Simoza, María Elena Peñalver, Eloísa Larez, Ana Isabel Hernández, Cecilia Rangel, María Isabel Suárez, Noleida Hernández, Elia Oropeza... IUT de los Llanos: Maritza Rojas de Bustamante, Isvelia Amado, Beatriz Cuberos de Arocha, Mercedes Guacarán, Hilda Yáñez, Magaly Estaba, Moreyda Hernández, María Pérez Jiménez, Ana Lisette Agreda... UNA: Julieta Pérez de Gruber, Deyanira González, Priscila Infante, Malvís Infante, Gladys de Aular... Periodistas: Eliana Díaz Castellaneta, Kerys Granados, Angelys González, entre otras.

En la Alcaldía, reconocimiento a: la alcaldesa Nidia Loreto-Loreto, Jennifer Medina (Síndico), Lesby Arocha (Hacienda), las registradoras: Zoraida Medina y Nancy García... Maryalet Rivas (Contralora)... En el Concejo Municipal, las concejalas: María Rengifo, Yubraska Zambrano, Allison Torres y Zaireth Gómez... Jefa de División de Secretaría: Liduska Rodríguez, Administradora: Nirza Ruiz Zaraza, junto a Margarita Figueroa, Nancy Morales, Yexica Martínez, Edmary Castro, Ana Teresa Guzmán, Maylin Velásquez, Anyela Zerpa, Andry Catalán, Taydes Ramírez y Aura Laya.  

Mujeres de temple, valientes y luchadoras, para todas ellas un muy merecido Feliz Día de la Mujer 2019...