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Juan Fèlix Ovalles, comandante de caballería al servicio del proceso de Independencia venezolano


Desde el comienzo de la contienda independentista estuvo preparado para el combate y le tocó la providencia de estar en la última refriega que dio por terminada la ocupación del imperio español en territorio venezolano, como fue la toma del Fuerte de Felipe en Puerto Cabello, hace 200 años. Una forma de reconocerle sus méritos y su trayectoria insurgente.


José  M  Aquino.


La región guariqueña tiene muchos hombres y mujeres que dieron un importante aporte al proceso independentista, la historiografía hace referencia  a muchos de ellos a los cuales se les han  resaltado  sus méritos por su actuación  el campo de batalla, pero existen otros soldados que lucharon por esta causa, los cuales se han escrito muy poco, por tanto, es necesario resaltarle  sus hojas servicio  a favor de la causa republicana .De esta manera, estaremos   dando los pasos para  ubicarlos en el mismo sitial  de los  demás  héroes de este periodo histórico. Uno de esos  patriotas que hay estudiarle su desempeño castrense, es la del Comandante Juan Félix Ovalles, participante en el Asedio a Puerto Cabello, último enfrentamiento   que realizaron los patriotas  comandadas por el general José Antonio Páez , contra las fuerzas realistas encabezadas por Sebastián de la Calzada en territorio venezolano, que este año se conmemora  200 años de ese acontecimiento. 

Este destacado prócer del proceso  de  independencia nativo de San Juan de los Morros, nace el 22 de junio de 1791, hijo de Josefa Lorca y Carlos Ovalles. Toma la firme convicción de incorporarse al ejército republicano en el mes de abril de 1812, luego de haber ocurrido el devastador  movimiento telúrico ocurrido  en marzo de ese año, que  ocasionó cuantiosas pérdidas  humanas e inmuebles en las principales ciudades  controladas por los patriotas. Su primera incursión bélica  la realizó al lado del General Francisco de Miranda, entre  20 y 29 de abril de ese lapso de tiempo, en la ciudad de la Victoria, contra  las fuerzas realistas dirigidas   por el capitán de Fragata Domingo Monteverde. En esa  refriega sale herido y tiene que huir tras la derrota  de los patriotas, motivo por el cual lo obliga a retirarse de la acciones bélicas por un tiempo, mientras se restablecía de las lesiones; una vez  recuperado, se alista nuevamente en  una unidad militar, esta vez  con el grado de subteniente de infantería, en tiempos  de la Segunda República, donde se enfrentó a las fuerzas realistas comandadas por José Tomás Boves, en San Francisco de Tiznados, a principios  de 1814 (Dávila, 1924).
Después   del éxito de la Campaña  Provincia de Guayana, entre el 8 de octubre 1816 y julio 1817, el Libertador Simón Bolívar proyecta de inmediato  la Campaña del Centro, que tenía como fin de llegar triunfante la región central del país  y entrar  a la ciudad Caracas, pero tras el descalabro en  la batalla de la Hogaza en diciembre de ese lapso, tiene que abortar la operación militar. Al retomarse  la expedición castrense a comienzos de 1818, Juan Félix Ovalles  se incorpora en esta cruzada, llegando con el ejercito libertador  hasta los Valles de Aragua. Toma parte en la Batalla de Semen,  también llamada Tercera Batalla de La Puerta, el día 16 de marzo de ese año, donde  las fuerzas realistas comandadas por  Pablo Morillo, derrotan de manera contundente   al  contingente patriota comandada por el Libertador Simón Bolívar. En esta acción, este oriundo de San Juan de Los Morros, sale herido en la contienda, al  formar parte   del cuerpo de infantería republicana, que la que  sufrió cuantiosas pérdidas humanas y materiales.

En el mes de agosto de 1818, este  prócer guariqueño recibe su merecido ascenso al grado de Teniente de Caballería, por  su desempeño en el campo de batalla. Llegamos a 1819, una vez instalado el 15 de febrero el Congreso de Angostura y realizadas las deliberaciones, donde el Libertador Simón Bolívar, pronunció  su célebre discurso, en el cual propuso un modelo de Estado Republicano y  posteriormente el 2 de abril, los patriotas comandados por el general José Antonio Páez y sus lanceros vencen en una  la arriesgada acción en el sitio de las Queseras del Medio,  a las tropas realistas comandadas  por el general Pablo Morillo, obligándolo  a retirarse a  la Mesa de Calabozo, motivo por el cual se inicia una nueva campaña en tierras neogranadinas . Este  prócer de la independencia participa como integrante del Escuadrón de Dragones a la Campaña  Libertadora de la Nueva  Granada, que se inició el 27 mayo en ese lapso de tiempo, por tanto, este  soldado de la patria  atravesó conjuntamente como los demás compañeros de armas  las diversas dificultades para atravesar en tiempo de lluvias los caudalosos  ríos y las  bajas temperaturas en páramos andinos ,  para  luego vencer a los realistas comandas por el brigadier José María Barreiro  en la población de Boyacá el 7 de agosto de ese mismo año. Por tal motivo, estuvo presente en la entrada triunfante de Simón Bolívar y  todo su ejército a la ciudad de Santa Fe de Bogotá (Dàvila, 1924), tres días más tarde del referido enfrentamiento bélico, que dio por terminada la Campaña de Libertadora de la Nueva Granada en 77 días.

Entramos al año 1820, momento importante para el bando patriota con los excelentes resultados obtenidos  con la liberación de la Nueva Granada, dan un nuevo impulso para ganar la contienda en territorio venezolano; mientras las fuerzas realistas reinaba la desesperanza por la derrota sufrida, aunado al  cambio de política  imperantes en el gobierno español con respecto a la guerra  al recibir el capitán   Pablo Morillo, la orden  de que  arbitre con Simón Bolívar, un tratado de paz y regularización de la guerra. Entre tanto  Juan Félix Ovalles, es ascendido con el grado de Capitán en mayo de ese lapso de tiempo. En 1821, tiene  participación en la Batalla de Carabobo, encuentro decisivo en la cual los republicanos derrotan contundentemente a los defensores de la Corona Español. El Coronel Pedro Celis, certifica su intervención  en dicho encuentro bélico (Ranuàrez ,2017), al no encontrarse en la lista oficial de participantes en  refriega. Posteriormente asume la Comandancia Militar de Nirgua, para 1822, continuaba cumpliendo funciones en esa población (Álvarez,2014).

Llegamos a 1823, el ejercito patriota dirigido  por el General José Antonio Páez, tiene la misión de reducir lo que queda del ejercito realista en territorio venezolano, el día 3 de agosto, el coronel Manuel Manrique, logra la capitulación del brigadier Francisco Tomás Morales en Maracaibo, quedando solamente, quedando  por someter a los  defensores de la monarquía española en Puerto Cabello, comandada por el oficial  Sebastián de la Calzada. Juan Félix Ovalles, formó parte del contingente de 1500 hombres que participaron en el asedio a Castillo de San Felipe, que comenzó el día 23 de septiembre y culminó, de 10 de noviembre de ese año, con la  arriesgada acción de los lanceros que conformaron la operación, permitieron  la rendición del último bastión monárquico de la guerra de Independencia en Venezuela. 

Ya separada Venezuela de la gran Colombia en 1830, bajo el primer  de gobierno José Antonio Páez, a Juan Félix Ovalles, se le ratifica su ascenso a Comandante de Infantería. En 1831, fija su residencia después de haber vivido en Nirgua. Para el año 1835, como   respetuoso  del orden constitucional establecido, decide  apoyar el  gobierno del doctor José María Vargas, y  combate a los líderes del  movimiento Reformista  entre el 7 de junio de 1735 al  3 de marzo de 1736,encabezados por Santiago Mariño, Pedro Briceño Méndez y José Tadeo Monagas, que  aupaban un la restitución de la Gran Colombia. Después de esta sonada militar, se convierte en Guardia de Honor del General en Jefe José Antonio Páez.

Luego de estar a la disposición del General Páez, no sigue con las pretensiones oligarcas de esta caudillo, por tal motivo, se opone a la guerra civil orquestada por este, contra el  recién electo presidente José Tadeo Monagas en1848 (Dávila, 1824), tras el fracaso del asalto al Congreso Nacional  y el alzamiento  en los llanos de Calabozo y el Apure por parte  del centauro portugueseño. Este destacado patriota, ante la severa crisis económica que agobiaba a la nación en1859, durante el gobierno de Julián Castro,  toma la firme disposición de luchar por  una reivindicación social contra los intereses de los terratenientes y comerciantes que habían empobrecido a sus habitantes en sus gobiernos, por tal motivo, se pronuncia  en la ciudad de Miranda, donde residía a favor de los ideales federalistas, inspirados por  Ezequiel Zamora, Antonio Guzmán Blanco y Juan Cristòfono Falcón.

Este prócer  de  la independencia, que nació en San Juan de los Morros,  muere el 2 de febrero de 1862, antes de culminar  la guerra Federal, con una trayectoria impecable al servicio de la patria: lucha  al lado  Francisco de Miranda en 1812, sigue con el Padre de la Patria,  Simón Bolívar ,a la Nueva Granada , y acompaña  a José Antonio Páez, desterrar los últimos contingentes de partidarios de la corona española. A pesar de caer herido en el campo de batalla en varias oportunidades, nunca se amilanó, siempre  estuvo  dispuesto a superar las adversidades. Desde el comienzo de la contienda independentista  estuvo preparado para el combate y le tocó   la providencia de estar en la última refriega que dio por terminada la ocupación del imperio español en territorio venezolano, como fue la toma del Fuerte de Felipe en Puerto Cabello, hace 200 años. Una forma de  reconocerle  sus méritos  y  su trayectoria insurgente.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


Álvarez Marisol (2014).Formación de Milicias  y Batallones en la Venezuela Prerepùblicana.XII: Congreso Internacional de Aladaa.
Bencomo Barrios, Héctor (2004).Héroes de Carabobo .Ediciones de la Presidencia de la República .Caracas.
Dávila Vicente,(1926). Diccionario Biográfico de ilustres Próceres de la independencia Suramericana. Tomo II
Da Silva, Miguel (2018), Próceres de Carabobo.www Carabobo en sus Personajes. Periodo de La independencia.  Calaméo .com .Books
De  Armas Chitty. (1982). Historia del Estado Guárico. Ediciones de la Presidencia de la República (1978), Historia del Guárico (1807-1874).San Juan de los Morros. Impreso en los Talleres de Gráfico los Morros. Tomo II.
Estévez  G, Edgard (2007), Batallas de Venezuela 1810 1824.Editoial.C SA. Caracas
Franceschi, Napoleón  y Domínguez Freddy (2020), Antología Documental para el estudio de la Historia de  Venezuela 1776-2000.Universidad Metropolitana .Caracas-Venezuela
Ministerio del Poder  Popular para la Cultura (2018). Correo del Orinoco 1818-1821. Fundación del Centro Nacional de Historia: Caracas
Páez, José Antonio (1867) Autobiografía del General Páez. Reedición de Petróleos de Venezuela  en colaboración con la Academia Nacional de la Historia  Caracas:, Venezuela, tomo I.
Rodríguez, Adolfo (1994), El Estado Guárico: Orígenes, mundo y an Juan de los Morros.
Ranuarez, Argenis  (2017). Un Prócer Sanjuanero. http://elrincondelcronistaara.blogspot.com/2017/12/
Robles, Aura (2008), Historia de las Pensiones, Montepío Militar y los Honores de la Independencia de Venezuela: 1830-1858). Ucab, Caracas
Vergara y Velasco, Francisco Javier (1960) .1818 Guerra de Independencia. Bogotá: Editorial Nelly. Estévez  G, Edgard (2007), Batallas de Venezuela 1810 1824.Editoial.C SA. Caracas        

Casas Muertas, en un largometraje

Hortencia Rodríguez, directora del film Casas Muertas, el pueblo que se negó a morir (2023)

La obra fue dirigida por la escritora orticeña y profesora Hortensia Rodríguez, directora de la Compañía de Teatro Municipal de Ortiz (Cumunteatro Ortiz). Y, la misma, es un proyecto que venía desarrollándose desde hace mucho tiempo: explorando distintos géneros desde el teatro hasta los videos cortos.


Por José Obswaldo Pérez


Casas Muertas, la novela de Miguel Otero Silva (1908-1985), ha servido de inspiración para una nueva adaptación de su obra, esta vez, en un largometraje. La película, una especie homefilm, lleva el nombre de Casas Muertas, el pueblo que se negó a morir (2023), la cual se estrenará el próximo 28 de agosto, en el marco de las festividades patronales de Santa Rosa de Lima de Ortiz.
La obra fue dirigida por la escritora orticeña y profesora Hortensia Rodríguez, directora de la Compañía de Teatro Municipal de Ortiz (Cumunteatro Ortiz). Y, la misma, es un proyecto que venía desarrollándose desde hace mucho tiempo: explorando distintos géneros desde el teatro hasta los videos cortos. Su único objetivo es promover unas de la obras literarias más importantes de la literatura mundial que identifica el pueblo de Ortiz, el cual algunos de sus habitantes todavía desconocen.
Este trabajo arduo de Hortensia tiene sus antecedentes: El ave fénix, Los Pregoneros y ¿quién es el muerto? por decir, los titulos que más recuerdo en este momento. Pero la idea principal de Hortensia es haber llevado al movimiento cinético los doce capítulos de la novela escrita. Más de dos horas de duración. Cosa nada fácil cuando se trata de adaptar una obra literaria al cine, quizá la tarea más compleja sea honrar el original. Desde luego, cada secuencia es un retrato narrativo fiel a la obra. Locaciones de los escenarios descriptivos, vestuario, música, lenguaje y, desde luego, el papel histriónico de los actores, juegan un papel importante a la hora de evaluar la producción. No basta, por su puesto, un buen guión. El ritmo de cada secuencia es, al final del día, responsabilidad casi exclusiva del director.
Por otra parte, quizás, el mensaje que esconde Casas Muertas, el pueblo que se negó a morir no sea el ego de hacer un film casero ―con las uñas y los pies-para recrear un momento histórico de la Venezuela gomecista (1908-1936). La virtud subyace en ese esfuerzo humano y colectivo que ha creado Hortensia Rodríguez, por más de treinta años de vida cultural, dedicada a su Ortiz y a su gente: la existencia como pueblo. Una honradez que nos estimula a “sí, podemos” y que “aquí hay mujeres y hombres que tenemos talento”. Una aliento para el futuro. Una esperanza por salir del olvido.
Finalmente, Hortencia honra  al escritor Miguel Otero Silva al cumplir con la intensión inicial del autor: la de hacer una película (esa fue su idea que, finalmente, terminó en una gran novela). Porque no hay, en la historia del cine nacional, un proyecto como lo planteado por la directora de Casas Muertas, el pueblo que se negó a morir. Vale felicitar al talentoso grupo de actores (todos orticeños) que, con el mejor histrionismo, lograron representar los personajes de la obra.
De igual manera hay que reconocer el aporte Daniel Alejandro Polini, un joven fotógrafo coterráneo que ha estado a la altura a contribuir con su trabajo a los mejores focus de la película mediante técnicas fotográficas. A lo mejor hay otros como Polini que, entre telones, jugaron un papel importante en la filmación de la cinta. Cosa que sabremos más adelante. Mientras tanto busquemos la butaca y preparémonos para acompañar a Hortensia en esta puesta en escena. Suerte.

La subasta de las tierras de Ortiz

La trama social sobre las tierras de Ortiz tiene sus orígenes lejanos y, detrás de ellas, algunos personajes valiéndose de algún poder han querido ponerle la mano.



Por José Obswaldo Pérez


Al grito de “ ¿quién da más?”, el 26 de marzo de 1787 se realizó la subasta de las tierras de Ortiz. El Teniente de Justicia Interino, José Alejandro Fernández,  desde una esquina de la Plaza Mayor, hizo dar el tercer pregón y se oyó la voz del indio Gregorio Matute decir: “¿quién da más?”.
Las tierras de Ortiz fueron puestas en remate a un precio base de 70 pesos, como expresión del precio de sus linderos y avalúos. Los subastadores consideraban justo ese valor, argumentando que se trataban de tierras cerrajeras, áridas y estériles. Pocas provechosas para la agricultura.
―A la una, a las dos, a las tres, ¿quién da más?, se volvió a oír a Matute.
A los pocos minutos, se presentó el Capitán Ganadero Don Antonio Barreto y ofreció cinco pesos más sobre los 70 en las que se hallaban evaluadas las anunciadas tierras.
Al publicar Matute la oferta de Barreto, apareció en el lugar el Bachiller don Lorenzo Fonseca- hijo de uno de los principales de San Sebastián de los Reyes, aunque había nacido en Villa de Cura- y ofreció cinco pesos sobre los 75 en que se hallaba fijado en la subasta.
El indio Matute volvió a repetir el pregón: “¿Quién puja más?”.
―A la una, a las dos, a las tres, ¿quién da más?
Y como no hubo otro postor que redoblara la oferta y siendo las doce del mediodía, el Teniente de Justicia ordenó suspender el acto de la venta de las tierras realengas del pueblo de Ortiz,  a la que habían sometido a la puja.
Más tarde, hubo reunión entre los principales del pueblo; pero, también, asistieron los vecinos más pobres, donde acordaron en asamblea hacer oposición a la venta de estas  tierras, con una contra oferta al remate: “(…) ofreciendo dar el tanto en que se haya puesta por el mayor postor, para que concediésemos como legítimos y antiguos poseedores…”, dice un documento al respecto.
Ese tanto, eran 80 pesos oro. Lo que debieron pagar los orticeños a las arcas reales del Rey, para adquirir la llamada Posesión de Ortiz. Así fue. En la propuesta, los lugareños argumentaron, con derecho, a que se le prefiriese, en primer lugar, que a los extraños. Razones prealegadas lo justificaban: por ser antiguos poseedores de la tierra.
Como se verá la trama social sobre las tierras de Ortiz tiene sus orígenes lejanos y, detrás de ellas, algunos personajes valiéndose de algún poder han querido ponerle la mano. Hoy, en pleno siglo XXI, esos mismos personajes existen, aún más con mayor apetencia terrófaga. ¿Cuál será la razón?